CEO de SCX Bolsa de Clima de Santiago: "El tema de adaptación es más relevante para Chile de lo que pareciera reflejar la acción de las empresas"
Al alero de la COP28, presentará el próximo 3 de diciembre el reporte “Radiografía de Vulnerabilidad Corporativa al Cambio Climático”. Aldo Cerda aborda las novedades de la medición en su tercera versión y asegura que ahora están haciendo mucho más explícito qué tan vulnerable son las firmas.
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En Dubái, en Emiratos Árabes, comenzó este jueves la COP28 y el próximo 3 de diciembre al alero de la cumbre será el turno en el pabellón de Chile para presentar el reporte “Radiografía de Vulnerabilidad Corporativa al Cambio Climático”, realizado por SCX Bolsa de Clima de Santiago.
El estudio, que en su tercera versión consideró a 110 empresas, busca reflejar cómo las entidades más grandes están enfrentando el cambio climático en términos de su vulnerabilidad. Así, genera indicadores de vulnerabilidad y, por parte, indicadores de cómo las empresas están preparadas para enfrentar estos elementos.
Aldo Cerda, CEO de SCX Bolsa de Clima de Santiago, adelanta que, a diferencia de años anteriores, este ha sido más completo porque la calidad de la información reportada por las firmas -donde se considera información pública como memorias o reportes de la sustentabilidad- "ha mejorado notablemente".
Para construir la nueva versión del estudio, cuya base de medición es todo lo que involucra el año 2022, se realizó una aproximación a distintos stakeholders, particularmente a la academia, el Grupo de Líderes Empresariales por la Acción Climática (CLG Chile, por su sigla en inglés), al alero de la Universidad de Chile, donde le hicieron ver el desafío de ir mejorando las métricas y en conjunto con varias de las empresas que forman parte del CLG plantearon varias propuestas con respecto a la forma de reportabilidad.
Cerda explica que, en concreto, la vulnerabilidad tiene tres dimensiones: económica, regulatoria y de los impactos físicos. En el primer caso, por ejemplo, es la misma ecuación del año pasado que es el costo social de las emisiones dividido por el EBITDA, lo que sigue arrojando que hay industrias que están muy expuestas e industrias incluso que el costo social es superior a los resultados.
Asimismo, las respuestas de las empresas tienen tres dimensiones. Una de ellas es la gestión de emisiones y ahí -comenta Cerda- todavía los desafíos son enormes en reportar. "Sin anticipar los resultados que estarán disponibles, puedo decir que uno de los grandes desafíos es lo que se llama las emisiones de alcance 3, no las emisiones directas, sino las emisiones extendidas, particularmente, por ejemplo, llama la atención en el mundo financiero que hoy los reportes son más sofisticados, pero no incluyen las emisiones vinculadas a sus inversiones o a sus préstamos. Y ahí está por lejos el impacto de ellos, no en impacto en el banco, en el cliente, sino dónde colocan el dinero", dice.
A lo anterior se suma, por ejemplo, a los holdings, que muchas veces ponen una huella que es mínima siendo que involucran varias empresas y estas tienen grandes emisiones.
El segundo componente es la adaptación y el tercero es qué tan arriba está inserto el tema del cambio climático en la gobernanza.
En medio del fenómeno del greenwashing que se ha sentido con fuerza a nivel internacional, Cerda no ve ese tema en la realidad chilena, pero sí han notado -dice- que al alero de la circular 461 de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) mejoró en promedio la reportabilidad de las empresas. En esa línea, comenta que el año pasado identificaron ciertas cosas que estaban ausentes dentro de los reportes de las empresas y hay empresas que inmediatamente las tomaron en cuenta.
En términos de ir reconociendo este "polinomio multifactorial" de qué es la gestión, dice, por ejemplo, "que el tema de adaptación es más relevante para Chile de lo que pareciera reflejar la acción de las empresas, que está muy concentrada en emisiones". "Podríamos tener emisiones cero y todavía las empresas tienen problemas. Por lo tanto, diría que hay que relevar más las métricas de adaptación", recalca.
Mientras, en términos de gobernanza, dice que lo que sí ven es que efectivamente hoy ya se ha transformado en un objeto de conversación y, por lo tanto, los directores quieren saber de estos temas y no ser sorprendidos.
En la radiografía 2022, se reveló que el 32% de las compañías no reportan su huella de carbono. Cerda destaca que "el año pasado notamos un cambio de dos tercios que no medían a un tercio que no medía, es decir, eso mejoró".
El experto asegura que siempre han tratado de evitar que esto sea un ranking y que ahora están haciendo mucho más explícito qué tan vulnerables son las firmas. "Lo que va a notar para las empresas es que es mucho más claro de que no es un ranking, sino que hay que estar mirando las amenazas y las formas de respuesta. Y ahí probablemente lo que nos va a pasar es que las formas de respuesta han estado más cargadas a mitigación climática y hay que moverlas un poco más a adaptación climática", asegura.
De hecho, el experto advierte que probablemente lo que pasará en la cuarta edición de esta medición es que se sofistiquen los indicadores de adaptación, en términos de métricas de impacto o de proyectos específicos.
Respecto a la actual medición, Cerda adelanta que "probablemente hay empresas que se van a dar cuenta, usando este instrumento ampliado, de que su vulnerabilidad es mayor a lo que se había anticipado. Entonces, reducir emisiones, tener compromiso, está súper bien, pero quizás no es suficiente. Y eso es lo que queremos relevar".
La importancia de este estudio, puntualiza, es relevar las buenas prácticas, que las métricas sean más sofisticadas para que el cambio climático baje de lo subjetivo a lo objetivo e incentivar una discusión de política pública más sofisticada.
Expectativas que abre la COP28
En cuanto a sus expectativas frente a la COP28, a la que asistirá en el marco de la presentación del estudio, Cerda sostiene que se ha dicho que hay una intención de instalar que la meta (de límite de aumento de temperatura) de 1,5º está superada y que en realidad se debiera empezar a trabajar con 3º.
"Cuando uno dice el escenario es 3º, se vuelve a poner más presión. Lo que tenemos que hacer es adaptación. Tenemos que seguir reduciendo emisiones, pero adaptación tendrá una agenda distinta. La agenda de mitigación es una agenda tecnológica dominada por el mundo en desarrollo y hay que entenderlo así. Por lo tanto, sería bien notable que sacáramos este escenario de 1,5º. Ni siquiera en el año de la pandemia logramos tasas de reducción de emisiones como las que se requieren", reflexiona.
Si bien indica que la negociación antes era el corazón de la COP, hoy hay mucha discusión público-privada que se da en los pabellones, instancia que en el caso de Chile el año pasado -dice- fue "un éxito".
- La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, tendrá un rol relevante de co-facilitar las negociaciones respecto a la meta global de adaptación. ¿Cómo ve ese desafío?
- El componente de adaptación es reducir vulnerabilidad y la vulnerabilidad depende de cada país en términos de qué cosa lo releva. Uno de los grandes problemas es que en la medida en que no tengas métricas, finalmente eso no lo gestiona. La mitigación siempre avanzó porque tenemos la tonelada de CO2 equivalente y se mide. En ese indicador, uno de los grandes temas que el mundo desarrollado ha logrado sacar de la agenda y que al mundo en desarrollo en su momento le interesaba mucho era el peso relativo de la responsabilidad. Este tiene que ver con emisiones históricas y todavía el mundo desarrollado es el responsable número uno de las emisiones que tenemos acumuladas en la atmósfera.
Cuando la responsabilidad cambia en este driver también la necesidad de contribuir cambia. Creo que la frustración para ciertos actores era pensar que la negociación era muy lenta. Como que si el problema fuera de científicos queriendo ponerse de acuerdo y eso nunca ha sido el problema. Yo creo que en la medida que la gente se va dando cuenta de que esto es geopolítico, también es como lo que le exiges a los gobiernos. Chile está en una encrucijada. Aunque no emitiera nada, recibe los impactos.
Entonces, dice qué es lo que me conviene a mí. La cooperación internacional no es neutra. Esta en muchos casos es para colocar la agenda de un país y me parece legítimo si yo te financio ciertas cosas, pero la cooperación internacional muchas veces ha estado orientada a proveer soluciones que le dan competitividad a los países desarrollados y por lo tanto uno ahí tiene que perder la ingenuidad, tiene que abrirse a más disposición y ahí diría que el rol que juega Cancillería siempre ha sido clave.
Creo que Cancillería lo ha hecho muy bien. Por lo tanto, pedir en esto avanzar también es un desafío que se aleja de la ciencia y que en el fondo es parte de una política pública más activa. El desafío de la ministra de Medio Ambiente es global y local.
- ¿Es posible hacer una mejor negociación en términos globales?
- La ministra tiene la fortaleza de ser una persona reconocida en el ámbito técnico. Por lo tanto, nadie va a cuestionar su expertise en este ámbito y un liderazgo femenino en esto también es un liderazgo adaptativo. De nuevo, esto es muy geopolítico y, por lo tanto, no hay que ser ingenuo en la manera en cómo lo vemos. Quizás la ministra debiera ser más explícita en esas discusiones y socializarla. Ella es bastante hermética y creo que el rol que se está esperando es una vocería más activa de "esto es lo que nos conviene a nosotros como Chile".
Pero cuando uno habla a nivel de Chile es como que me tengo que vestir con todo. No es como lo que yo creo de Chile y tengo que conversar con todo. Todo el mundo reconoce que la ministra técnicamente es muy competente, por lo tanto, es una buena carta de Chile. Entonces, es como que reciba el influjo de los actores.